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En el mercado actual, se pueden identificar diversas tecnologías aplicadas en textiles ignífugos, las cuales se resumen principalmente en dos grandes grupos, cada uno dando origen a las distintas composiciones de fibras disponibles.

Una tela ignífuga está diseñada para proporcionar protección contra los riesgos asociados con el fuego y el calor. Estos materiales se utilizan en situaciones como; exposición al fuego de corta duración producto de accidentes en sectores industriales; para combatir el fuego como el caso de los bomberos ; también están implementadas en el caso de protección a la transferencia de calor producto de un arco eléctrico.

En este artículo, descubrirás la importancia de evaluar y supervisar cada componente de un traje de protección, asegurándote de que cumplan con las características adecuadas y estén respaldados por informes de laboratorio y certificaciones.

Las telas ignífugas, también conocidas como telas resistentes al fuego, son materiales diseñados para resistir la ignición y la propagación de llamas en condiciones de exposición al calor intenso. Estas telas están fabricadas con fibras y tratamientos que reducen la inflamabilidad y minimizan el riesgo de quemaduras. Son utilizadas en entornos donde existe peligro de propagación repentina de la llama o exposición a altas temperaturas como un arco eléctrico.

En entornos laborales donde los riesgos de arco eléctrico o fuego de corta duración son una constante, el uso de prendas ignífugas es esencial para proteger la vida y la integridad de los trabajadores. Estas prendas están reguladas por normas rigurosas, tanto en América como en Europa, que establecen pautas clara s sobre su uso y cuidado.

Los resultados de esta prueba pueden ser presentados solo por el área cubierta (overol) o incluyendo la cabeza. En el caso del gráfico del encabezado